Todos hemos hecho en algún momento un pastel, un keke, o al menos
sabemos el proceso de unir la harina, el huevo, la leche y demás ingredientes
que da como resultado, después de horneado, un delicioso bizcocho dulce y
esponjoso. Al final, no estamos comiendo huevo, o harina, o leche, no! (que
desagradable seria..) estamos comiendo un pastel. Un pastel que fue formulado y
tiene las cantidades exactas, cantidades que cada persona respetará.
Si entendemos lo anterior, podemos entender el proceso de saponificación.
Al unir grasas, agua, con un álcali (hidróxido de sodio para jabones duros e hidróxido
de potasio para jabones líquidos) obtendremos un jabón, claro está, después de
un procedimiento y curado (hay saponificación en caliente, en frio.. en fin)
La pregunta que siempre nos hacen: si tiene sosa caustica? No
será peligroso? Bueno, acuérdense del pastel, al final ya no estamos hablando
de los ingredientes del jabón en sí (hidróxido, agua, grasas) sino del jabón
como producto de la combinación de todos estos insumos, es decir ya no hay
sosa! Lo que hay es jabón!. No te estas bañando en grasa, ni sosa, sino en jabón!.
Ahora, esto dependerá de una buena formulación y un buen
jabonero, ya que, un buen pastel puede ser dañado con un exceso de harinas o
cualquier ingrediente, lo mismo podría pasar con la formulación de un jabón. Es primordial seguir una formulación correcta,
un procedimiento adecuado para que no haya errores, igual que un pastel, si
cambiamos algún ingrediente, si cambiamos alguna cantidad, todo será un
desastre!.
Aquí te dejo un video de como puedes hacer tu primer jabón saponificado y no fallar en el intento!.
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